En las próximas fechas el jefe del ejecutivo español, Pedro Sánchez, iniciará una ronda de contactos con sus homólogos europeos para recabar más apoyos antes de la reunión de la Comisión Europea que se celebrará los días 24 y 25 de marzo. En el caso de que salga adelante este proyecto se afinará la normativa que dotará a los gobiernos de las naciones el instrumento necesario para regularizar el precio de la luz y, en caso de aprobarse, estas medidas podrían entrar en vigor entre el 15 y 30 de abril.
Beneficios desproporcionados
Los productores de energía han visto crecer de forma exponencial sus beneficios debido a un sistema de arbitraje que penaliza de forma evidente al usuario final, es decir, a nosotros. La producción de energías renovables y nucleares es muy barata, frente a la que proviene del gas, pero a la hora de determinar el precio final para la demanda total se escoge el precio de la energía más cara, en este caso el gas, esto quiere decir que aunque el resto de las fuentes puedan llegar a producir por ejemplo el 90% de la demanda total para un periodo determinado y su precio de producción sea diez veces inferior, a todas se les paga en este caso el precio que demanda la producción de energía procedente del gas.
Resulta curioso que después de la amenaza de intervención, los precios del mercado hayan sufrido un desacelerón considerable desde el momento de su máximo histórico hace pocas fechas. Pedro Sánchez ha asegurado que en el caso de que la Comisión Europea no aprueba estas medidas el gobierno de España se encargará de limitar los precios en nuestro mercado, una medida que podría haber impulsado hace meses para evitar que las grandes compañías energéticas se llenen los bolsillo a costa de nuestro sacrificio.